No sé si los que lo conocieron tendrán presente todas sus cualidades humanas, pero Mariano Vega, además de ser un magnífico profesional radiofónico y periodista intachable, amén de un gran poeta, tenía un humor que derrochaba a manos llenas en cuanto tenía ocasión en las reuniones de amigos. Y cantaba muy bien, sobre todo los boleros y las canciones que hicieron famoso a Frank Sinatra.
En estos días, haciendo zapping en mi propio ordenador, me encontré con estos cuatro pequeños retazos de vídeos que había grabado con mi móvil en casa de unos amigos un año antes de que Mariano se fuera de este plano físico tridimensional.
Expongo aquí estos cuatro fragmentos como testimonio de su clara entrega a la vida y al goce de compartir con los amigos los pequeños detalles, aunque al tiempo fueran muchas cosas vitales, junto a su comunicativa alegría, su sutil humor, las tantas canciones y, ¿cómo no?, los buenos vinitos...
¡Ah, amigo Mariano, aún resuenan y siguen vivos esos grandes ratos cargados de humanidad y alegría!
¡Salud Vital, más allá del tiempo y el espacio, amigo mío!