Pasos para el amor

     Va del Amor… Por eso les traigo algunos poemas de amor como homenaje al inicio de este año 2014. El poema Te quiero de Luis Cernuda lo subí al You Tube en 2010. Cernuda es uno de los poetas españoles más importantes de los últimos tiempos, y ocupará siempre un espacio de excepción en mis lecturas, pues me resulta tan hondo el eco íntimo que cada vez connota en mí su poesía, místico hallazgo para la sensibilidad. Al año siguiente colgué también el recitado de su gran poema Lázaro. Este es un texto excepcional porque nos habla de cómo la voz del Amor puede sacarnos del mundo de los muertos.

 

    Sabemos que hay multitud de poemas de amor, ¡el tema más utilizado por todos los poetas del mundo!, pero hoy simplemente pretendo hacerles recordar algunas musicalidades muy especiales. 

 

 

   Aquí está el de Elizabeth Barret, no sólo por su belleza y testimonio de entrega y fidelidad, sino porque tiene que ver con el mismísimo Cernuda, ya que la poeta era esposa de Robert Browning y este influyó sin duda en nuestro Cernuda cuando lo leyó en su exilio londinense, como lo testimonia su largo poema Lázaro.

 

     Un par de sonetos fantásticos e irrepetibles, uno de don Francisco de Quevedo y Villegas, Amor constante más allá de la muerte, genial e imposible de olvidar, y el escalofriante poema de Miguel Hernández que comienza diciendo Mis ojos sin tus ojos no son ojos.

 

     Y un resumen de un texto muy clarividente del filósofo OSHO, que titula Los cuatro pasos hacia el amor.

 

FRANCISCO DE QUEVEDO

Amor constante más allá de la muerte

 

Cerrar podrá mis ojos la postrera

Sombra que me llevare el blanco día,

Y podrá desatar esta alma mía

Hora a su afán ansioso lisonjera;

 

Mas no, de esotra parte, en la ribera,

Dejará la memoria, en donde ardía:

Nadar sabe mi llama el agua fría,

Y perder el respeto a ley severa.

 

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

Venas que humor a tanto fuego han dado,

Medulas que han gloriosamente ardido:

 

Su cuerpo dejará no su cuidado;

Serán ceniza, mas tendrá sentido;

Polvo serán, mas polvo enamorado.

 

 

ELIZABETH BARRET BROWNING

De mi cabello nunca di un rizo a un hombre...

 

De mi cabello nunca di un rizo a ningún hombre,

amado mío, salvo el que te ofrezco ahora

y, pensativamente, en toda su largura

sombría, voy ciñendo en torno de mis dedos.

 

Tómalo. Ya mis días de juventud pasaron;

ya al paso alborozado no tiembla mi cabello,

ni prendo en él la rosa o los brotes del mirto,

como las chicas suelen: ya sólo puede, en pálidas

 

mejillas, sombrear las huellas de mi llanto,

y se avezó a soltarse cuando a la frente inclina

con su arte el dolor. Temí que las tijeras

 

fúnebres lo cortaran primero, y ha vencido

tu amor. Tómalo. Puro como antaño, hallarás

el beso que, al morir, en él dejó mi madre.

 

 

MIGUEL HERNÁNDEZ

 

Mis ojos sin tus ojos no son ojos,

que son dos hormigueros solitarios,

y son mis manos sin las tuyas, varios

intratables espinos a manojos.

 

No me encuentro los labios sin tus rojos,

que me llena de dulces campanarios,

sin ti mis pensamientos son calvarios,

criando cardos y agostando hinojos.

 

No sé qué es de mi oído sin tu acento,

ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,

y mi voz sin tu trato se afemina.

 

Los olores presagio de tu viento

y la olvidada imagen de tu huella,

que en ti principia amor y en ti termina.

 

 

LUIS CERNUDA

Te quiero

 

Te lo he dicho con el viento,

jugueteando como animalillo en la arena

o iracundo como órgano impetuoso;

 

Te lo he dicho con el sol,

que dora desnudos cuerpos juveniles

y sonríe en todas las cosas inocentes;

 

Te lo he dicho con las nubes,

frentes melancólicas que sostienen el cielo,

tristezas fugitivas;

 

Te lo he dicho con las plantas,

leves criaturas transparentes

que se cubren de rubor repentino;

 

Te lo he dicho con el agua,

vida luminosa que vela un fondo de sombra;

te lo he dicho con el miedo,

te lo he dicho con la alegría,

con el hastío, con las terribles palabras.

 

Pero así no me basta:

más allá de la vida,

quiero decírtelo con la muerte;

más allá del amor,

quiero decírtelo con el olvido.

 

 

OSHO

Los cuatro pasos hacia el amor [resumen]

 

Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que debes recordar. El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el "aquí-ahora".

 

El segundo paso hacia el amor es: aprende a transformar tus venenos en miel. Mucha gente ama, pero su amor está muy contaminado con venenos, con odio, celos, furia, posesividad. Mil y un venenos asedian tu amor. El amor es algo delicado. Detente a pensar en la ira, en el odio, en la posesividad, en los celos. ¿Cómo puede el amor sobrevivir? Recuerda una cosa: nunca hagas nada cuando el veneno se apodere de tu estado de ánimo, simplemente espera. Cuando el veneno empiece a cambiar...

 

El tercer paso hacia el amor es compartir tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas. Todo lo bello que tengas, no lo escondas. El amor no es una propiedad para ser guardada; es un resplandor, es una fragancia para ser compartida. Cuanto más compartas, más tendrás; cuanto menos compartas, menos tendrás.

 

Y el cuarto: no seas "alguien". Una vez que comienzas a pensar que eres alguien, te estancas. Entonces el amor no fluye. El amor sólo fluye de alguien que no es nadie. El amor mora sólo en la nada. Cuando estás vacío, hay amor. Cuando estás lleno de ego, el amor desaparece. El amor y el ego no pueden converger.

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Desiree (lunes, 30 diciembre 2013 01:13)

    Que preciosidad de poemas. Son una vitamina grandiosa llena de musicalidad. Enloquece las almas de aquellos que las comprenden, por que con el oído del sentir llega a traspasar los más altos rascacielos.

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