¿Para qué pasar de todo?

 


          © Alberto Omar Walls

 

A veces es necesario pasar por lo que hay que pasar. También es bueno dejar pasar. O pasar de todo. Sin embargo la cosa se complica cuando, queriendo pasar de todo, dejas que los otros hagan las tareas que más les apetece. Por llamarlas de alguna manera, tareas, que serían más que tareas gestos caprichosos según sea su voluntad e intereses. Y es que la mente de quien quiere para sí lo mejor del pastel, sin pensar en nada más, no para de idear cómo dominar. Y no parar, en este caso, es no parar de idear modelos que le ayuden a auparse por encima de la gente, siempre ganando, siempre llevándose la mejor parte, siempre engañando y manipulando…

 

Por eso digo que se puede pasar de todo y hasta dejar pasar, porque te sientes aburrido del todo, decepcionado, manipulado por las imágenes y los eslóganes, pero sabes también que vives y convives en un espacio social democrático que necesita de tu opinión y participación; aunque haya universos paralelos que nada tienen que ver con esto. ¿Que quisieras mandar todo a...? ¿Qué no merecen tu confianza, porque la mayoría son los mismos perros con distintos collares? ¿Qué te parece que se están riendo de ti hasta partirse la barriga mientras tú tienes el culo de gallina de tanto miedo y desencanto?

 

Bueno, ¿y qué? ¿Acaso la vida no ha de seguir? Medítalo en serio en tu intimidad y, por encima de las muchas decepciones, abre tu Conciencia a la expansión de la vida, porque en toda ella hay espacio suficiente para que la maldad, ¡aunque no te lo creas!, pueda cambiar, aprendiendo a arrepentirse de verdad y a rectificar sus malas artes y tretas. Y confía en que las nuevas voces y mentes que entrarán en juego, equilibren todo nuestro desajustado territorio.

 

Sabemos que hay una tríada humana que debemos proteger a toda costa para no caer en la desesperación: mente, cuerpo y espíritu. Porque la relaciones entre la mente, el cuerpo y el espíritu han de mantenerse compactados en equilibrio desde la Conciencia. La Conciencia es ese ser que vive en nuestro interior, en un lugar inefable que se esconde en lo más profundo de la condición humana y que, como la Verdad de las cosas, no se deja atrapar. Quien crea comprar las conciencias de los otros, solo ha comprado su silencio, amordazándoles la espiritualidad. Pero, tarde o temprano, la energía de la Conciencia en expansión brotará desde el interior solicitando su presencia. Y pudiera hacerlo, a veces, que ya lo ha hecho, a sangre y fuego… sacudiéndose las pulgas; que eso es lo que son.

 

Pues como sabes, existe otra tríada malévola que en su sustancia nació en la sociedad aparentemente con los dones de una buena energía compartida: la banca, el petróleo, y todos sus negocios oligopólicos y mercados monopólicos, que componen el gran poder oculto de las familias que regentan a los humanos desde las sombras. Ese triángulo de inusitado poder y dominio, nunca quiere perder ni una milésima de terreno.

 

En realidad no estoy en contra de nada, pero sí estoy a favor del equilibrio de fuerzas, que prevalezca la solidaridad por encima de las ganancias al alza permanente; estoy a favor de que cada ser esté feliz en su entorno y jamás pueda sentirse explotado por estar en inferioridad de fuerzas; que las  oportunidades sean posibles y estables para todos; y que los bienes de la Madre Tierra sean compartidos en igualdad y respetados por encima de los intereses partidistas de unos pocos… ¡eso, y más, es para mí la espiritualidad!

 

Puede que no se me entienda, pero yo no escribo para quienes lo que digo sea pan comido. Prefiero que no se me entienda a la primera, aunque me lean, porque sé que, a la larga, las palabras son hierros candentes que solo calientan cuando están en tu interior.

 

Recuérdalo, a veces es necesario pasar por lo que hay que pasar, aunque también sea necesario saber dejar pasar. ¡Y hasta pasar de todo! Pero a todos se nos complica la vida cuando nos hacemos los invisibles o los ausentes, como cuando andas queriendo pasar de todo porque estás harto y dejas que los otros hagan y deshagan las cosas como a ellos les apetece…

 

Ahora, si te parece, no pases de todo…y tampoco pierdas la alegría nunca, aunque sepas que un pueblo que...

 

 

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